Meghan Markle, la Grace Kelly del siglo XXI
Más de 60 años han tenido que pasar para que se repita la historia y una actriz americana emparente con una casa real europea. Meghan Markle (36) se ha convertido en la última estrella que cambiará el glamour de la pantalla por el de los salones de palacio, al más puro estilo Grace Kelly. Y es que los paralelismos entre las dos mujeres son evidentes.
Este 27 de noviembre se hacía oficial el compromiso del príncipe Harry y la estadounidense Meghan Markle, tres años mayor que el benjamín de Diana de Gales. El anuncio confirmaba el rumor que llevaba semanas circulando en la prensa de todo el mundo y que mantenía en vilo a las casas de apuestas. El traslado de la residencia de Meghan al Reino Unido y el abandono de la serie ‘Suits’, en la que trabajaba desde hacía varios años, presagiaban el esperado compromiso del enfant terrible de la monarquía europea con la atractiva modelo y actriz.
El príncipe Harry y Meghan Markle anuncian su compromiso / Gtres
En el caso de Grace Kelly, el anuncio de boda se realizó en enero de 1956, año en el que se estrenó ‘Alta Sociedad’, la última película de una de las grandes estrellas del momento, y puso fin a la carrera cinematográfica de Kelly en su punto álgido. Un premio Óscar y dos Globos de Oro avalaban el talento de una actriz que rodó 11 largometrajes.
Es cierto que a Meghan Markle le faltan el glamour hollywoodiense, los premios y la estrella en el paseo de la fama de Grace Kelly, pero su carrera como actriz en la pequeña pantalla se ha visto igualmente truncada. Meghan ha participado en varias series de amplia difusión, como ‘CSI’ o ‘Castle’, y no han faltado sus pinitos en el cine, con discretos papeles en tres largometrajes de corte romántico o cómico.
El material ‘erótico’ de la futura princesa
Pero su papel en ‘Suits’ ha sido el que más controversia ha generado desde que se conociera su noviazgo con el príncipe Harry. Y es que el personaje de Rachel Zane, interpretado por Markle, vivía en este drama legal tórridos romances, con sus escenas subidas de tono incluidas. La fama mundial alcanzada por Markle al salir a la luz su relación con el hijo de Lady Di hizo que sus escenas de alto voltaje en la citada serie fueran colgadas incluso en webs de material pornográfico.
Es evidente que por mucho que se haya modernizado la monarquía, o por lo menos lo aparente, no es tolerable que una princesa aparezca retozando en pantalla con otros hombres, por lo que la interpretación ha acabado para Meghan Markle. En el caso de Grace Kelly sucedió lo mismo. Rainiero de Mónaco no iba a tolerar bajo ningún concepto que ‘su princesa’ apareciera en la gran pantalla junto a otro hombre, por muy tentadores que fueran los papeles que se le ofrecieran a la otrora estrella una vez convertida en soberana monegasca.
Rainiero de Mónaco y Grace Kelly saludan tras su boda civil el 18 de abril de 1956 / Gtres
Abandonada su carrera, la princesa Grace fue una figura clave en la revitalización de la imagen y la economía monegascas, además de convertirse en una mujer comprometida en causas solidarias y benéficas en su papel de presidenta de la Cruz Roja. Desafortunadamente, un accidente de tráfico acabó con la vida de la princesa de película. Un trágico suceso envuelto, además, en la sombra de la duda de quién conducía realmente, si la propia Grace o su hija Estefanía.
Divorciada
Otro de los rasgos controvertidos de Meghan Markle, de cara a la monarquía más tradicional, tiene que ver con ser una mujer divorciada. Meghan estuvo casada con Trevor Engelson tras un noviazgo de 7 años, aunque su matrimonio solo duró del 2011 al 2013. No obstante, Meghan no es la primera en convertirse en princesa tras un divorcio, como claros ejemplos tiene a su futura suegra, Camilla Parker, o a la propia reina Letizia.
Cuál será el futuro de Meghan Markle, si será feliz en sus nuevas funciones tras abandonar su carrera o si el palacio se convertirá en su personal jaula de oro solo el tiempo lo dirá. De todos modos, debería escuchar la advertencia que un despechado Alfred Hitchcock hizo a Kelly: “Casarse con un príncipe está en el camino de éxito de Grace. Lo ha hecho con la facilidad de un trapecista. Pero no sé si la plataforma donde debe aterrizar será demasiado estrecha”.